Una de los primeros consejos que te dan en cuanto a movilidad es que tu pareja pasee, pero ella, a ti no te hace falta alguna.
Pues nada, si a ella le obligan escalar el Empire State, reza para no tener vértigo porque lo vas a escalar, porque cuando a tu pareja le dicen que algo es beneficioso, quiere decir que te arrastrara con ella para que lo compartas con ella.
En nuestro caso tenemos la suerte, de que ambos somos muy deportistas, pero salir a andar va en contra de todas mis filosofías deportivas. Yo practico multitud de deportes, corro, pádel, gimnasio… y la verdad es que me encanta, pero el otro día, vestirme de deporte para realizar una caminata de más de una hora me hizo preguntarme… Andar es un deporte? Si es así, porque nunca se ha hecho deporte olímpico? En mi pueblo hay autentic@s profesionales de este deporte, que lo aúnan a tener al día la información de la sociedad del pueblo, con lo que seguro que seriamos una potencia en este deporte…
Bueno, pues nuestros paseos, aprovechando que pasamos el verano en un pueblecito de playa constan de dos partes, uno o varios por la mañana por la orilla del mar y otro por las tardes que puede variar pero puede llegar a tener una duración de una hora.
Los paseos por el mar, la verdad que me encantan, sientes la fresca brisa, vas con los pies en remojo y es agradable de verdad, más teniendo en cuenta que la alternativa es estar acostado en la toalla mientras tu chica hace la lagartija en la suya (estar tumbada en la toalla sin moverse cara al sol).
Los paseos vespertinos he de reconocer que no son tan de mi agrado, pero soy un tipo comprometido con el embarazo de mi chica y por lo tanto si ella los sufre yo voy con ella. Pero la verdad los paseos son como un castigo, ya que es andar y andar… Porque no le dirán que eso no es bueno, y no le dicen que estar sentados en un bar, tomando unas tapas y una cerveza es igual de bueno (aunque la cerveza solo me la tome yo, claro…)???
Pues ella, acostumbrada a correr dos horas antes de estar embarazada, como os podréis imaginar es incansable por lo que no hay carreteras suficientes en toda la red nacional para dar uno de sus paseos. Eso sí, como es comprensiva, cuando ve que mis fuerzas flaquean ya da la orden de vuelta para volver al hogar.
Y si, querido lector, durante el embarazo agénciate unas muy buenas zapatillas porque te tocará, si quieres ser un tío implicado como yo con el embarazo, caminarte los caminos que se hacen al andar…
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